El poder del claxon

En mis dos años y algo que llevo conduciendo nunca, jamás de los jamases he necesitado tocar el claxon. Quizás tenga que ver con que soy una persona calmada y/o una persona que se pone mucho en el lugar de los demás. Si en una carretera de un carril tengo que esperar a que la furgoneta de delante mía descargue unas cosas al establecimiento porque no hay otro sitio donde parar no me importa esperar y no estar pitando como un loco como hacen algunos.

volante
Flickr de aldoaldoz

Igual me pasa cuando alguien tarda mucho en aparcar (igual porque me siento identificado un poco aquí) tampoco toco el claxon porque lo que se consigue es el efecto contrario, pones más nervioso a la persona y hace movimientos torpes como que se le cale el coche, no le entren las marchas…

Incluso a veces me ha pasado de ir yo conduciendo bien, otra persona estar a punto de darme (por saltarse él un paso de ceda) y pitarme a mí como un loco y yo seguir para adelante sin más. No habría tenido sentido que yo le hubiese devuelto la pitada porque sería un tira y afloja y quien pite más tiene razón, cosa que es absurda, cuando pase de nuevo por ahí ya se dará cuenta que la cagó él por no pararse.

¿A quién le gusta que le toquen el claxon y en qué beneficia?