Acabo de leer unos consejos buenísimos en el blog Esperanza y Constancia acerca de cómo sentirse en época de exámenes. No estoy bromeando si digo que puede que me lo imprima y lo enmarque para tenerlo presente.
· Estúdiate cada tema como si fuera a entrar.
· No seas duro contigo mismo; no actúes contigo mismo de la misma forma que los aficionados con un futbolista: si lo hace bien, se le aplaude y se le grita su nombre; si lo hace mal, se le silba y se insulta. No te elogies demasiado si apruebas; no te machaques si suspendes.
· Haz todo lo que puedas, y quédate tranquilo. Lo normal es que si quitas las horas de dormir, las de aseo, ducha, comidas, etc. te queden no más 3-5 horas para estudiar. Aprovecha esas horas. Y después de esas horas, relájate, porque no hay más.
· Un día, un hombre de campo vino muy preocupado, diciendo que tenía hasta pesadillas con la idea de que tenía que llevar su coche a la ITV. Cuando le pregunté por qué tenía tanto miedo, dijo: “Es que, si rechazan el coche, es como si me estuvieran rechazando a mí“. Absurdo, ¿verdad? Pues igual de absurdo es que te derrumbes si no apruebas un examen sobre lenguajes de programación que no tienen nada que ver contigo. No te tomes un suspenso tan a pecho.
· Te presionas porque no sacas las notas que deberías. Te exiges. Pero piensa una cosa: podrías estar estudiando Ingeniería Informática, trabajando los fines de semana y además estar sacándote Medicina a la vez. Y también podrías estar sacándote Ingeniería Informática con matrícula, trabajando los fines de semana y sacándote Medicina con matrícula. Si nos ponemos así…
· No temas ser del montón. Si la media de acabar la carrera está en 7 años, y tú por una circunstancia o en otra no vas a acabar antes de la media y crees que has hecho lo que has podido, celébralo.
· Repito: estúdiate cada tema como si fuera a entrar. Y quédate tranquilo.